El uso de la trona significa un paso importante en el desarrollo del bebé. Este asiento se empezará a utilizar a partir de los seis meses hasta los tres años aproximadamente, y es en esta etapa cuando el bebé empezará a tener estabilidad y aprenderá a permanecer sentado. Además, significa que comenzará a probar nuevos alimentos y que poco a poco se empezará a integrar con la familia a la hora de comer.

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de comprar la trona para tu bebé es que deberá de ser segura para que el pequeño esté protegido todo el tiempo. Además, deberás asegurarte de que tiene buena estabilidad.

Otro aspecto que no debe faltar en la trona es el cinturón de seguridad para cuando el bebé esté sentado en ella. Este dispositivo impedirá que se ponga de pie y se mueva. Junto con el cinturón de seguridad, es importante que la sillita cuente con un elemento que separe sus piernas, su función es que el niño no se cuele o resbale por debajo de la bandeja.

Es regulable: Es importante que la trona se adapte a las necesidades y a la altura de tu pequeño y también, para que se pueda adecuar a las distintas mesas que tengáis en casa. Otro aspecto importante a tener en cuenta es la reclinación del asiento. La ventaja de esta acción es que le da la posibilidad al pequeño de descansar y tumbarse en la trona después de comer.
Fácil de limpiar: Es primordial que elijas una silla que se pueda limpiar fácilmente con un poco de agua.
Cómoda: Una característica necesaria y fundamental. Es imprescindible que cuente con un asiento acolchado y amplio y que disponga de reposabrazos y reposapiés.
Evolutiva: Este tipo de tronas se van adaptando al crecimiento del niño. Se puede regular en distintas posiciones tanto el respaldo como su altura para dar de comer al niño.
Fácil de almacenar y de desplazar: Es recomendable que se pueda plegar de forma rápida y sencilla, ocupando poco espacio y luego que sea fácil de mover de una habitación a otra de la casa.

Dimensiones del producto 84 x 26 x 25 cm; 5.88 kilogramos